HISTORIA

04.11.2008 07:43



 CLUB ATLETICO NACIONAL


Corría el año de 1942 y lo que sería posteriormente el Atlético Nacional se llamaba en ese entonces Unión Indulana. Eran épocas en las cuales este equipo reconocido por su buen toque y mejor fútbol entrenaba en la cancha de Don Pepe, cerca de la iglesia del barrio Buenos Aires en el oriente de Medellín. Ese año el equipo ganó el torneo de Segunda Categoría de la Liga Antioqueña de Fútbol y con él, su paso a Primera para la temporada de 1943, lo que motivó la fusión con otro elenco de la región llamado Indulana. El nuevo nombre fue la suma de ambos: Unión Indulana, elenco que disputó en ese año el torneo de Primera, el campeonato de más tradición del fútbol aficionado antioqueño. Los colores del equipo eran verde y rojo. La mitad de la camiseta era verde vertical y la otra parte era roja. La pantaloneta era negra.

Los directivos de esa época eran Gabriel Velásquez y Hernando Vásquez, quienes fueron remplazados por Guillermo Berrío, Germán Salazar y Gilberto Mesa poco antes de que comenzara el profesionalismo del fútbol en Colombia, en 1948.

Unión Indulana cambiaría nuevamente de nombre en 1947 por el de Atlético Municipal, después que el ingeniero Luis Alberto Villegas Lopera concibiera la idea de crear una sociedad comercial destinada a estimular los deportes y establecer el fútbol y el baloncesto profesionales en Antioquia. La sociedad inició labores con $50 mil pesos aportados por 500 socios en acciones de $100 pesos cada una, pagaderas en un primer contado de $20 pesos al momento de ingresar a la sociedad y los $80 restantes en un máximo de 12 cuotas mensuales. Así pues, el viernes 7 de marzo de 1947 se consolidó el nacimiento de la institución Club Atlético Municipal de Medellín, hoy Corporación Deportiva Atlético Nacional.

Al lado de Villegas Lopera también figuran otros nombres vinculados a la fundación del Atlético Municipal, entre ellos Jorge Osorio, Alberto Eastman, Gilberto Molina, Raúl Zapata Lotero, Jorge Gómez Jaramillo, Arturo Torres Posada y Julio Ortiz.

En esa época, antes de iniciarse el profesionalismo en nuestro país, el Unión F.B.C era la base del Atlético Municipal y las temporadas internacionales se desarrollaban con equipos peruanos y chilenos. Los rivales preferidos eran Millonarios, Boca Juniors de Cali, Huracán y Medellín. Los principales partidos se jugaron en la cancha de Los Libertadores, lugar que se conoce actualmente como el barrio San Joaquín, sector de clase media en el corazón de la ciudad.

TITULOS

1954
El primer título del Nacional en fútbol colombiano se dió en 1954 . Conducido por Fernando Patrenoster, el equipo realizó una campaña brillante. De los 18 cotejos disputados, ganó 14, empato tres y sólo perdió uno. En la nómina aparecían figuras como Gabriel Mejía, Ignacio Calle, "Turrón" Alvarez, Julio Ulises Terra, Miotti, Gianastasio y "Chonto" Gaviria.

1973
En la década de los años 70, Nacional estructuró una escuadra excepcional. En 1973 logró su segunda corona , en está ocasión bajo la dirección técnica de César López Fretes. Fue el cuadro de Navarro, Salgado, Maturana, Calics, Teófilo Campaz, Moncada, Abel Alvarez, Tito Gómez, Jorge Fernández, Victor Campaz, Lóndero, Santa y Retat.

1976
Apenas se iniciaba la era Zubeldía. El estratega argentino llegó a mediados del año y desde entonces, Nacional fué sensación. El 19 de diciembre dió la vuelta olímpica en Manizales. En el equipo aparecían Navarro, Ortiz, López, Maturana, Salgado, Monsalve, Moncada, Olmedo, Retat, Angulo, Bóveda, Vilarete, Rascheti.

1981
Otra vez título de la mano de Osvaldo Juan Zubeldía. En esta ocasión un elenco que tenía como batuta al peruano Cesar Cueto. A su lado estuvieron, entre otros, Carrabs, Luis F.López, La Rosa, Sarmiento, Pelufo, Luna, Gabriel Jaime Gómez, Ibargüen, Carlos Ricaurte y Hernán Dario Herrera

1989
Se llegó a la sexta participación, después de haber quedado subcampeón detrás de Millonarios en 1988. Se tenía una nomina envidiable por cualquier equipo en ella estaban, entre otros, Higuita, Perea, Escobar, Villa, G.Gómez, Alexis, Fajardo, Perez, Trellez y Usuriaga. Dirigidos por el exjugador nacionalista, Francisco Maturana. Después de iniciar con un paso lento de tres empates en tres partidos, siguieron tres triunfos consecutivos y conseguir el paso tan anhelado a la segunda ronda. Se consiguió primero un triunfo contra Racing (2-0)(1-2), luego Millonarios (1-0)(1-1), después Danubio (0-0)(6-0) y lograr el tiquete a la final contra el equipo paraguayo Olimpia dirigido por Luis Cubilla. El primer partido en Asunción, se perdió 2-0 y se penso que todo había terminado, pero el partido de vuelta fue otra historia. Toco jugar en Bogotá, pues no se permitió la plaza de Medellín por su poca capacidad, pero eso no fue inconveniente Nacional gano el partido 2-0 y gano la definición desde el punto penal después de 18 angustiosos penaltis.Nacional para esa final formo con: Higuita, Carmona, Perea, Escobar y Gómez; Alvarez, García, Fajardo(Níver Arboleda) y Arango (Felipe Pérez). Usuriaga 18 ST. y Tréllez.

1991
El quinto título de Nacional llegó el 15 de diciembre de 1991 después de un aguerrido partido que se jugó en la ciudad de Medellín, contra el América de Cali. Fue la primera vez en la historia que se consagraba campeón con nomina y técnicos netamente criollos. Nacional ganó el partido 2-1 después de empezar perdiendo. Formó de la siguiente manera Franco, Herrea(expulsado faltando 8 minutos para concluir el partido);Cassiani, Escobar y Villa; Herman Gaviria (Fajardo 22 ST, golazo, que valió el título); G.J Gómez, Serna y Alexis García(9 ST penal); Asprilla y Aristizabal. Dirigidos por Hernán Dario "El Bolillo" Gómez

1994
La sexta estrella para la escuadra verde se dio el 18 de Diciembre de 1994. Fue un título merecido por ser el mejor equipo durante todo el año y además se llamó "Título para Andrés" (haciendo referencia a Andrés Escobar Saldarriaga), cómo lo dijo el propio Alexis García después del partido"Andrés nos guió desde el cielo para hacer las cosas bien". Se jugó un partido contra el Medellín y para ser campeón necesitaba de un triunfo y la derrota del América contra Millonarios en Bogotá, la cual se concreto a favor del cuadro azul desde muy temprano en el partido, para un marcador final de 3-1 favorable a Millonarios. Sólo se necesitaba un gol y con 52.000 personas a su favor Nacional no podía concretar hasta que llegó el minuto 70 y un debutante de apenas 19 años de nombre Juan Pablo Angel marcó el gol que representaba la sexta estrella y la alegría total en el estadio. Nacional formó con Higuita , Herrera, Marulanda, Castaño y Santa; Perea (expulsado) Gaviria, M.Serna y García; Comas(Juan Pablo Angel) y Aristizábal. Dirigidos por el hoy técnico de Nacional Juan José Pelaez.

 

1999

 

la septima estrella se consigue otra vez un 20 de diciembre, Atlético Nacional se coronaba campeón del fútbol colombiano. Otra vez ante América de Cali, los verdes daban una vuelta olímpica. Por séptima vez en 42 torneos patrios, el cuadro verdolaga terminaba como campeón, esta vez de la mano de Luis Fernando Suárez quien agarraba al equipo en agosto (primero estaba el argentino Reinaldo Merlo quien por su fútbol defensivo no conquistó al aficionado verdolaga) y lo sacaba campeón en diciembre.

Ya no existía la definición de cuadrangular todos contra todos sino que el campeón de junio se enfrentaba al campeón del Finalización. Y el campeón del torneo del segundo semestre fue Nacional, quien en una final apretada ante Independiente Medellín lo derrotó por marcador de 1-0 mediante tanto conseguido por Wílmer Ortegón, apeó a su tradicioonal rival de la final y ante América de Cali a partidos de ida y vuelta logró la séptima coronación de la historia.

El primer partido en Cali concluyó igualado a un gol y el tanto del empate providencial lo conquistó Oswaldo Mackenzie sobre la hora en el partido en el Pascual que tuvo en Miguel Calero al protagonista del partido en una jugada en la que “El Tigre” Castillo lo desbordaba para anotar el segundo tanto y el portero verdolaga lo derribaba fuera del área para ser expulsado. De no haberlo hecho, el tíutulo se quedaba en Cali.

Aparte de Calero, estaban jugadores como Robinson Martínez, Wílmer Ortegón, Ever Palacios, Pedro Álvarez, Víctor Marulanda, Leiner Orejuela, Alex Comas, Dúmar Rueda, Carlos Castro, Lucio España, Henry Zambrano y otros más. Todos ellos se encargaron al final del siglo de entregarle la corona al conjunto más representativo del balompié nacional en el siglo que se marchaba para siempre. Juntos, arañaron parte del espacio sideral y bajaron otro lucero para el escudo verdolaga.

2005-I

En 2005 Atlético Nacional repetía vuelta olímpica y convertía aa dos de sus jugadores históricos en héroes de leyenda puesto que ambos se convertían en los únicos futbolistas que pasaron por el club y le dejaron 3 títulos colombianos: Mauricio Serna y Víctor Hugo Aristizábal.

Ellos en compañía del argentino Hugo Morales, el venezolano Jorge Rojas, más Aquivaldo Mosquera, Humberto Mendoza, Andrés Saldarriaga, Camilo Zuñiga, Felipe Chará, Héctor Hurtado, Edixon Perea, José Amaya, Jair Rambal, Oscar Echeverry y Carlos Díaz, entre otros, llevaron al éxtasis a la afición más popular de Colombia y posibilitaron un carnaval sin precedentes en el país. Esa noche de junio de 2005 la ciudad enloqueció y el carnaval se presentó en cuanto sitio y esquina existiera en Medellín.

Bajo la sabia conducción de Santiago Escobar y Juan Jairo Galeano, Nacional llegaba a ocho coronas nacionales, se acercaba a América con doce y Millonarios con trece y lograba enterrar dos finales perdidas de forma consecutiva que herían profundamente el sentimiento verdolaga. La final contra Santa Fe fue una prueba fehaciente de la grandeza que había alcanzado el club puesto que para la final, por suspensiones y lesiones, los verdes no pudieron contar con siete jugadores titulares (Chará, expulsado en el 0-0 del partido de ida en Bogotá, Perea y Rojas por lesión, y Amaya, Hurtado, Mendoza y Mosquera por sanción) y con cinco elementos de los reservistas (Juan Carlos Mosquera, Hugo Soto, Robinson Muñoz, Carlos Álvarez, Cristian Marrugo) venció a un Santa Fe timorato que quería los penaltis para llevarse la gloria pero que a falta de 10 minutos para el final del partido se le complicó el destino cuando Carlos Díaz y Oscar Echeverry le entregaron a Nacional una nueva felicidad, la octava en su historia al embocar en el mismo arco de las alegrías del 99 y el 91, una nueva estrella patria.

2007- I

 

Usted, que todavía anda en celebraciones: ¿recuerda cómo inició esta historia? Pocos creen que fue desde diciembre en los días en que se elegía el equipo. Y la verdad es que fue ahí, aunque ya lo haya eyectado de la memoria. Quintabani se sabía capaz y fue el fogonero de la maquinaria. Y en ese entonces estuvo tan sereno como el domingo del infierno y la consagración. Desde antes había sido el artífice, en compañía del Presidente Víctor Hugo Marulanda Velásquez, del cambio que trascendía los maquillajes ocasionales de un torneo nuevo en disputa. Expuso sus ideas y comenzó a diferenciarse de sus antecesores.

Se hizo amigo de los jugadores. Pero con rasgos de humildad y de colectividad como no permitir que los futbolistas llegaran por separado a los entrenamientos, sino todos juntos en el bus desde la sede administrativa. Sitio en donde todo el personal se encargaba de motivar diariamente a los jugadores, inyectándole a cada uno, ese toque de clima laboral perfecto que se vive por estos meses en la institución. El primer round estaba ganado. Su mensaje fue bien recibido, y pudo aposentarse en el escalón de confiabilidad y respeto que deben tener los guías naturales. Por eso se convirtió en un trasmisor de ideas desde la sugerencia. Convencido y convincente.

Y con esos ingredientes pudo armar un equipo que siempre supimos a qué jugaba. A ser generoso y solidario con el espectáculo. A progresar por abajo, a dejarse tentar por las triangulaciones. A agradar a la tribuna gracias a la forma en que se conquistaban los goles. A sorprender con el cambio de ritmo y las llegadas por el costado diferente a por donde se iniciaban las jugadas. A perforar por afuera y rematar desde adentro.

Y gracias a que Nacional no se traicionó durante el semestre, ni siquiera cuando las cartas llegaron mal barajadas tras la derrota en Armenia y el empate en el minuto 93 contra Pasto de local, se pudo llegar con fe al ascenso del rendimiento. Aquél lejano día de la fiesta de los 60 años contra América, cuando a pesar de tres lesiones (Galván, Murillo y Echeverri) Nacional ganó 4-0 y disparó su convicción. Y la feligresía.

Hasta llegar al día de los globos, las banderas y el éxtasis. La tarde-noche de los extintores, el papel picado, los gorros y algunas bengalas. Unos chorizos verdes y blancos que transformaron las tribunas del Atanasio en una pancarta verdolaga. Hasta que el temblor contagioso de las 17:21 del domingo 17 de junio nos invadió a todos, cuando Víctor Aristizábal asomó su cabeza por el túnel encabezando la última fila triunfal, hasta la fecha, de Atlético Nacional en su historia.

La historia dirá que apenas sobre la hora Nacional redondeó el título con el gol épico de Diego Toro que ya está en la videoteca de todo el pueblo verde. Seguramente no tendrá memoria para indicar que en los últimos 20 minutos Nacional se arrimó con peligro de gol en 8 ocasiones, mientras el Huila solamente llegó una vez. La ansiedad, la presión y la sed de leyenda no permitían ni pensar ni tener paciencia. El partido era para haberlo definido mucho antes. Por esas cosas del fútbol, solamente se pudo hacer a falta de 3 minutos para el final. Espacio pequeño para comenzar a festejar en grande. Para levantar la copa y brindar por tantas y tantas cosas.

Pero sobre todo por entender que no alcanzaba con saberse el mejor como en muchas ocasiones, sino que había que demostrarlo. Por ganar tres puntos cuando no había méritos para ganarlos, demostrando que la mística es propia de nuestra historia. Como antes, los partidos cerrados se resolvieron favorablemente, entregando ese plus de antaño que hacía que los hinchas fueran tranquilos a cualquier latitud. Por eso se instalaron en el escalón de las deidades verdolagas. Porque acaban de ingresar al hall de la fama labrando una bella historia. Nacional campeón 2007. De aquí a la eternidad.

2007-II

Atlético Nacional en el semestre fue un equipo infartante cuando Carmelo explotaba, Aristizábal se enchufaba y Aldo Ramírez tenía juego armónico. Hay un axioma del deporte que es hasta más viejo que el fútbol: cuando se juntan los que saben, se potencian los rendimientos. Y eso sucedió con Nacional 2007. El cuadro que hizo delirar a su afición con la consecución del primer bicampeonato de su historia y de la historia de los torneos cortos en nuestro país.

Luego de casi cabalgar el torneo regular con 38 puntos de 54 posibles, llegaron los cuadrangulares que comenzaron de la peor forma: Aristizábal lesionado el resto de su carrera deportiva y gol para el triunfo de Galván en clara posición adelantada que comenzó a tejer cualquier tipo de historias en contra de Nacional. Las telarañas obviamente las ponían los rivales, especialmente la prensa caleña y bogotana que se resistían a ver otra coronación nacionalista. Pero nunca tuvieron en cuenta que si a Nacional le dieron, también le quitaron. ¿O acaso escucharon a alguien decir que antes del gol de Galván hubo penalti de Vanegas sobre Muñoz? Ninguno. La influencia de la suerte es igual a la de los árbitros: hoy te hace perder, mañana ganar. Lo que pasa con la suerte es que hay que buscarla al frente con criterio y no esperar a que favorezca atrás encerrados. Ahora, cuando se lesionó Aristizábal y los rivales creyeron que Nacional se venía abajo, el cuadro verdolaga dejó su impronta, ratificó su método, recreó su búsqueda y pateó el tablero de aquellos que sospechaban que el gigante iba a ser fisurado por el peso de las circunstancias adversas. Se equivocaron.

Nacional acostumbró a las Empresas Varias de Medellín a recoger la grandeza del club cada que concluye un semestre. Y toca agradecer porque nos tocó ser aficionados de un equipo en cuya paleta de colores no existen los grises. Todo es arco iris. Concluyó un año que no merece esta crónica sino que merece un canto. Y todos los hinchas decimos que la alegría la sentimos en el alma. Y es muy probable que la definición no resulte estrictamente académica. Ni nada técnica. Pero es rigurosamente exacta.

Todos estamos soñando el mejor sueño que nos podamos imaginar: el de la mágica realidad. Y se recuerda la fiesta de toda esa gente verdolaga a la que para dar todo les alcanza con casi nada. Por eso envolvieron en cuestión de 72 horas, dos estadios en un óvalo en populares, preferencias y orientales, con la pintura espectacular de los colores vigentes: el verde y el blanco. Y ahí es donde uno piensa que en la calle dicen que la barra de Nacional es la mejor. Pero se quedan cortos. Los hinchas están hoy por hoy con tanta gloria conjunta, motorizados a alentar en una especie de reflejo condicionado del fisiólogo Iván Pavlov, es decir, juega Nacional, hay que gritar.

Los gritos estaban cargados de felicidad y solo los escuchaba Dios. El único que escucha cuando habla el alma. Un equipo es una fuerza colectiva confiable, inteligente, sólida, equilibrada y capaz de imponer sus virtudes individuales aún en los pasajes desfavorables, mientras que un equipo inmaduro se equivoca donde no lo debe hacer (en las dos áreas), duda, se deja ganar por la inseguridad y no sabe como monitorear o poner en órbita un partido que viene torcido o se presenta complejo. Por eso tantos festejos en 2007. Nacional no ha necesitado un maquinista de emergencia porque la locomotora nunca estuvo fuera de control.

Ese equipo recuperó la auténtica mística verdolaga de ir tranquilo a cualquier cancha. Porque ganó partidos que venían torcidos como el de Cúcuta. Y por eso la afición de Nacional se mimetizó con una de las más impresionantes óperas de gratitud a sus colores y a sus jugadores en ese 19 de diciembre que entró en la memoria de todos. NACIONAL BICAMPEÓN. Pucha, ¡qué lindo suena! ¡¡¡ NACIONAL BICAMPEÓN!!!


Campeón:
Copa Libertadores: 1 (1989)
Copa Interamericana: 2 (1990 y 1997)
Copa Merconorte: 1 (1998) (2000)
Campeón de Colombia: 7 (1954, 1973, 1976, 1981, 1991, 1994 y 1999)

Vicecampeón o finalista:
Copa Libertadores: 1 (1995)
Recopa Sudamericana: 1 (1990)
De Colombia: 7 (1955, 1965, 1971, 1974, 1988, 1990 y 1992)

Distinciones menores:
Ganador de Apertura: 5 (1971, 1974, 1978, 1988 y 1994)
Ganador de Finalización: 4 (1973, 1983, 1994 y 1999)
Goleador de temporada: 4: Carlos Gambina, argentino, 21 goles en 1954; Oswaldo Palavecino, argentino, 29 goles en 1977 y 36 goles en 1978; John Jairo Tréllez, colombiano, 25 goles en 1992.
Más puntos en Reclasificación: 7 (1971, 1978, 1981, 1988, 1991, 1994 y 1999)
(Nota: Desde 1968, excepto 1995, el campeón colombiano surge de una final y no por el mayor puntaje de la temporada).

 

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